La meditación mindfulness utiliza como fundamento teórico-práctico el sutra de la atención (satipatthana sutta) y el sutra de la respiración (anapanasati sutta). En este post, os ofrecemos algunas recomendaciones para aprender a ejercitar sati (mindfulness), la recta atención o manera correcta de atender.
En primer lugar, el satipathana sutta nos invita a encontrar un lugar en el que podamos estar tranquilos, sin distracciones y sin que nadie nos moleste. En este sentido, puedes tener en casa un lugar que cumpla estas características, o bien meditar al aire libre (p. ej un parque, en la playa, etc.).
1) Una vez que has encontrado el lugar adecuado, adopta la postura correcta. Para nosotros los occidentales, lo mejor es hacerlo en una silla, o bien en la postura seiza (usando la ayuda de un banquito o un cojín). Después, repasa las tensiones innecesarias del cuerpo y relájalas. Por último, mantén la inmovilidad para seguir estas indicaciones:
2) Posa la atención en la respiración, en la entrada y la salida del aire. Para ello, prueba diferentes zonas del cuerpo donde la percibas más claramente. Por ejemplo, el ápice de la nariz, el labios superior, la garganta, etc. Se trata de atender a todo el ciclo respiratorio, desde su inicio hasta su fin, de manera curiosa.
3) De manera natural, la atención va a quedar enganchada a algún pensamiento. Ten en cuenta que todo el mundo se distrae tras unos minutos, porque la atención sostenida es un proceso que se agota inevitablemente. Cuando esto suceda, y te des cuenta de que ya no estás atendiendo, simplemente vuelve a atender a la respiración. Una y otra vez, sin importar el tiempo que haya durado la distracción.
El anapanasati sutta nos dice que debemos ser conscientes de todo cuanto acontezca, ya sea el proceso la respiración, un pensamiento, o cualquier otro estímulo. Por lo que, como ayuda para mantener la defusión (desidentificación de los contenidos de la mente), puedes realizar anotaciones cada vez que notes que estás pensando, por ejemplo, diciéndote interiormente «pensando, pensando».
Dedica un tiempo progresivamente más amplio a ejercitar, pero no comiences haciéndolo durante mucho tiempo, si no, podrías frustrarte. Lo ideal es empezar por 5 o 10 minutos.
En resumen, los ejercicios de concentración consisten en atender de manera sostenida, con curiosidad, a un soporte, en este caso, la respiración. Y siempre que nos demos cuenta de que existe distracción, regresamos la atención al ejercicio.
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